Bodega
El origen
de un sueño
Todo comenzó en 1984, cuando Carlos Fernández decidió transformar su pasión en legado. Su amor por la viticultura lo llevó a fundar Bodega Lauricius, un espacio donde la tradición y la excelencia se encuentran en cada botella.
El nombre Lauricius no es casualidad, rinde homenaje a la antigua denominación romana de Abrucena, uniendo nuestra historia con raíces que se remontan siglos atrás.

Un viñedo
entre montañas
Enclavada en Abrucena, a los pies de Sierra Nevada, y a 900 metros sobre el nivel del mar, nuestros viñedos respiran el aire puro de la montaña.
En este microclima único, cultivamos variedades como Tempranillo, Garnacha, Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Sauvignon Blanc, adaptadas a la altura y al carácter de nuestra tierra.
La altitud y la amplitud térmica que Sierra Nevada confiere a nuestros vinos, le otorga una identidad inconfundible, marcada por frescura, estructura y una complejidad que solo la montaña puede otorgar.

La señorita
de Almería
Cada bodega tiene su sello, y el nuestro es una obra de arte:
La Señorita de Almería, creada por el reconocido pintor Luis Cañadas. Un emblema que simboliza nuestra esencia y rinde tributo a nuestra tierra.
Así como el arte da vida a los lienzos, nosotros damos vida a nuestros vinos, cuidando cada detalle para que cada copa cuente una historia.
Artesanía
en cada botella
Con viñedos de hasta 40 años de antigüedad, producimos entre 10,000 y 20,000 botellas anuales, en ediciones limitadas que reflejan la autenticidad de nuestro terruño.
Cada cosecha es un acto de respeto por la naturaleza, apostando por una viticultura sostenible y regenerativa. Creemos que la tierra nos da lo mejor cuando la tratamos con el mismo cuidado con el que elaboramos nuestros vinos.
Este compromiso con la calidad y el entorno ha sido reconocido con premios nacionales e internacionales, consolidando nuestra pasión y nuestra promesa de excelencia.

Un viaje
en cada copa
Desde el viñedo hasta la mesa, cada botella de Bodega Lauricius es un tributo a nuestra historia, a nuestra gente y a nuestra tierra.
Brindamos por quienes buscan más que un vino: una experiencia, un paisaje, un momento que trasciende.
Bienvenidos a Lauricius,
donde cada sorbo es una historia esperando ser contada.